La tecnología nos alcanzó
intelligeos. Avanzó tan rápido que no tuvimos tiempo de desarrollar la
filosofía con la que debíamos aplicarla. Queremos pensar que por las
necesidades demandantes en salud, le dimos prioridad a desarrollar los equipos
para salvar la vida, olvidando algo todavía más importante: La bioética
tecnológica.
¿En qué momento olvidamos
desarrollar nuestra identidad? ¿Qué hicimos para que nuestra profesión no fuera
tomada en cuenta? ¿Por qué hay muchos ingenieros biomédicos mal pagados? ¿Por
qué si la necesidad existe, no se contratan? ¿Por qué en muchos hospitales el
biomédico es sólo una máscara para pasar las demandas de COFEPRIS y no
utilizado como una herramienta de progreso? ¿Por qué la tecnología médica
continua subestimada? ¿Dónde quedó la filosofía que compromete a la bioética y las
prácticas correctas? ¿Dónde están nuestros principios hipocráticos? ¿Por qué
razón tenemos que baratear nuestro trabajo? ¿Qué acaso nuestra labor no es
igual de digna? ¿Por qué si somos profesionistas, muchos de nosotros no ganamos
más de 6mil mensuales? ¿Enserio se cree que no somos fundamentales?
Muchos de ustedes me dirán: A mí
no me pagan 6mil mensuales, yo gano más. Qué bueno por ti amiguito, pero somos
muchos más los que estamos iniciando, batallando y sobreviviendo con ese
sueldo. Tal vez no tuvimos la misma suerte o simplemente no sabemos vender y
estamos aprendiendo. Sigamos.
Como siempre lo hemos dicho, la
biomédica es un pilar importante para sostener un hospital.
Actualmente la biomédica está tomando
mucho revuelo (es una carrera que las universidades venden con el nombre
“multidisciplinaria, pero creemos que sigue faltando algo). Sólo basta con ver
las estadísticas laborales y nos daremos cuenta que año con año, son más las
universidades las que ofertan la carrera y que año con año la cantidad de
profesionistas también aumenta. Esto quiere decir que ¿Si las universidades
están abriendo espacios para la
biomédica, entonces existe una demanda en crecimiento? Bueno, eso no es del
todo correcto.
Vamos a echar un vistazo:
En la gran mayoría de los
hospitales públicos y privados no existe como tal el nombramiento de ingeniero
biomédico, a muchos de nosotros nos
contratan con perfiles distintos (administrativos o técnicos de mantenimiento),
exigiéndonos actividades que no se relacionan necesariamente con nuestra
preparación.
Entonces el primer paso es: Vamos
a explicarles a los hospitales qué hace un ingeniero biomédico, cómo podemos
aportar soluciones, qué necesitamos para mejorar la condición actual, cómo
podemos prevenir fallas a pacientes, qué procesos son necesarios para mejorar
la atención: ¡IMPLEMENTACIÓN DE UN DEPARTAMENTO DE BIOMÉDICA!
Basados en nuestra corta
experiencia implementando departamentos ingeniería biomédica, podemos afirmarte
con la mano en la biblia que: Vender una idea es más difícil que vender un
equipo médico. Es muy simple: Ve a tu hospital más cercano y ofrece un equipo
médico. Posteriormente ve a ese mismo hospital y vende el concepto de ¿Por qué
necesitan un ingeniero biomédico? te darás una idea de porque afirmamos lo
anterior.
Entonces imagina un momento, si
ni siquiera existe un perfil de contratación ¿Cómo esperamos que contraten a un
biomédico si no saben QUÉ HACE un biomédico? Interesante paradoja.
En segunda instancia, los
hospitales que ya cuentan con ingeniero biomédico, lo tienen limitado para la
toma de decisiones. Simplemente contratan a un ingeniero biomédico para las
acreditaciones y certificaciones, pero después le quitamos poder y lo dejamos
haciendo actividades básicas, a veces no necesariamente de ingeniería biomédica.
En tercera instancia nos
enfrentamos a un medio que fue barateado por personas que no tienen la mínima
idea de que es la ingeniería biomédica y el respeto que se le debe tener.
Personas con mucho capital que venden equipamiento médico sin siquiera
preguntarse ¿Cómo impacta la tecnología que vendo en una persona? ¿Realmente
conozco las implicaciones legales que este trabajo con lleva? Y es que el
problema no es el negocio, el problema es que tampoco desean cambiar ese estado
mental. Suena drástico, pero si no lo señalamos ¿Cuándo lo vamos hacer?
Por otro lado necesitamos
establecer convicciones, nosotros como biomédicos tenemos una responsabilidad
hacia nosotros mismos y hacia nuestros terceros. Nos toca cuidar a las personas
que nos rodean. ¿De qué sirven tantas materias en la escuela, si no tenemos un
gramo de empatía y respeto por nuestro
entorno?
Necesitamos una identidad y para
lograrlo debemos hacerlo todos.
¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo creamos
una identidad profesional? ¿Cómo mejoramos todas nuestras condiciones
laborales? ¿Cómo logramos el reconocimiento?
Te vamos a contar una historia,
una de muchas de cuando implementamos departamentos de ingeniería biomédica.
Prepara tu café, tus galletas y tus ojos, comenzamos:
Un día estábamos en la escuela y
honestamente sentíamos que necesitábamos hacer algo más que sólo ir a clases,
llegar a casa, hacer tareas y dormir. Como dice el dicho: Dios los hace y ellos
se juntan. Necesitábamos algo más.
Decidimos reunirnos esa tarde en
la biblioteca de nuestra escuela y llevamos hojas blancas, plumas y un
marcador. Teníamos la intención de hacer un plan de trabajo para la
implementación de un departamento de ingeniería biomédica y lo íbamos a
terminar.
Imagínate un momento, éramos
estudiantes de 5to semestre, desarrollando un plan para la implementación de un
departamento de ingeniería biomédica, para cualquier hospital que nos dejara
hacerlo.
El primer demonio que debes enfrentar,
es el miedo al fracaso. Porque una vez terminado el plan de trabajo nos
llovieron una bola de dudas: ¿Quién va querer contratar a unos estudiantes de
ingeniería biomédica sin experiencia? Ni siquiera nos van a recibir ¿Para qué
vamos? No conocemos a nadie, la vamos a regar.
Lamentablemente ese miedo bloquea
muchos de nuestros objetivos en la vida. Lo llamaremos: El maldito miedo.
Imagina por un momento,
estudiantes de ingeniería biomédica de 5to semestre haciendo un plan de trabajo
para la implementación de un
departamento de ingeniería biomédica en
un hospital que no sabe lo que hacemos.
No teníamos ningún conocido, no
sabíamos a qué hospital asistir, no teníamos recomendaciones, jamás habíamos
implementado uno y por si fuera poco: Nadie de nosotros sabía vender chido.
Pero teníamos un arma secreta:
Google.
Bueno, pues fuimos a tocar
puertas. Para no hacerte el cuento largo, 4 hospitales (Que actualmente ya
tienen su departamento porque nos hablaron 2 años después) nos cerraron las
puertas, bajo el argumento:
“Llevamos 30 años trabajando así,
nunca hemos necesitado de un biomédico, gracias”
Pero no todo estaba perdido,
llegamos de pura suerte a otro hospital que no mencionaremos por respeto y
prudencia. El director médico nos escuchó con mucha atención y sin pensarlo nos
dijo: Nos vemos la siguiente semana para iniciar el proyecto.
La vida se compone de
oportunidades que a veces tú entregas y otras veces te tienen que entregar.
Llegamos a ese hospital muy
emocionados el primer día. En la siguiente lista vamos a enumerar los golpes
bajos que recibimos y nos hicieron más fuertes:
1. Para
empezar no había lugar para nosotros, nos mandaron al sótano donde guardaban los
triques y si con eso no te agüitas: A lado estaba el mortuorio ¿Imaginas el
miedo que sentíamos cuando oscurecía? Ese cuartillo tenía alacranes, olía a
humedad y la señal de internet no llegaba.
2. No
teníamos herramienta. Le preguntamos a los de mantenimiento y solo tenían unos
cuantos desarmadores, pinzas y llaves. Nos dijeron que el trabajador anterior
se peleó con el hospital y se robó casi toda la herramienta.
3. Empezamos
a generar información estadística de las condiciones del hospital y para serte
sincero, nadie nunca la vio. Siempre la entregábamos, siempre la mandábamos por
correo pero en las juntas nadie nos preguntaba y consultaba.
4. Nos
dimos cuenta que nadie tenía idea de nada: Había inventarios de hace 10 años,
había equipamiento médico guardado de hace 5 años y otros en uso de hace 30
años, no existían los planos del hospital, nadie sabía dónde estaban los
contactos eléctricos principales, las condiciones del agua y tuberías etc.
5. Nos
llamaban los “bioquímicos”.
¿Te das cuenta de las condiciones
con las que iniciamos? A un con eso seguimos adelante, ya estábamos ahí,
teníamos que desarrollarlo y terminarlo. En esa etapa de aprendizaje entendimos
muchas cosas, la más importante: Que necesitábamos hacernos de una identidad y
un respeto.
Empezamos por realizar las actividades
de gestión de equipamiento médico: ¿Cuántos hay? ¿Qué sirve y qué no sirve?
Posteriormente después de
clasificados, les realizamos su identificación y generación de información para
sus bitácoras. Pedimos al director unas carpetas y empezamos a documentar.
Pasaron los meses y no veíamos un
cambio radical, hasta que…
Nos llamaron un día en la noche:
Bioquímicos podrían venir al hospital, tenemos un problema con la
esterilizadora, no funciona y necesitamos tener todo para antes de las 8, pues
tenemos 5 cirugías que no podemos cancelar. Ya notificamos al proveedor de
servicios y dice que está en México, que no puede llegar hasta mañana ¿Qué
hacemos?
Nos asustamos y le dijimos: Llámele
al biomédico, nosotros somos los bioquímicos.
Aquí es donde debes ser muy
observador: Las oportunidades más grandes son aquellas que vienen ocultas en un
fracaso o en un problema interesante.
Pues fuimos.
Lo resolvimos, si admitimos que
tardamos 3 horas en entender que era una esterilizadora y dónde se prendía (Nos
enamoramos de esos sistemas) pero al final no nos ganó. Al día siguiente
realizaron las cirugías y comenzó a correrse la voz de nuestra victoria en los
altos mandos.
Nos mandó llamar el dueño:
Muchachos muchas gracias por apoyarnos ayer, sin ustedes habríamos tenido que cancelar las cirugías. Gracias por
su apoyo. De ahí empezamos a ganar más confianza, hasta que contrataron a uno
de nosotros y fue un hecho el departamento de ingeniería biomédica, nos
movieron del sótano, nos dieron una oficina y nos empezaron a decir:
Biomédicos.
A partir de ese momento empezamos
a trabajar en la construcción de nuestra imagen y lugar en el hospital. Poco a
poco las personas comenzaron a reportarnos problemas y se creó una relación de
confianza. En las juntas nos tomaban más en cuenta, e incluso nos pedían
asesoría para la revisión de propuestas económicas y evaluación de proveedores.
Ahí estábamos, estudiantes de 5to
semestre dirigiendo un departamento de biomédica, no fue la universidad, no fue
una recomendación, no fue un contacto, fuimos nosotros con el sudor de la
frente.
Suena muy sencillo, pero no es
nada fácil. Esa primera experiencia nos formó un carácter. Actualmente ya hemos
implementado 5 departamentos en el estado de Guanajuato y tenemos nuestro
chaleco antibalas muy bien puesto. Esas experiencias nos formaron como equipo.
Entendimos que para mejorar poco
a poco nuestro gremio, teníamos que empezar desde nuestra persona cambiando
nuestras creencias.
1. Primero debemos creer en
nosotros mismos. Confiar en que somos una herramienta importante para los
hospitales y por tanto deben contratarnos. Nada de que: “No estoy listo o me
falta experiencia”. Cree en ti y arriésgate. Te recomendamos que leas “Don Quijote
de la Mancha”, una vez que hayas leído muchas historias de caballeros andantes,
conviértete en uno y desafía a tus molinos de viento.
2. Segundo: Trabaja en equipo.
Cuando recibes los golpes del fracaso y frustración, es mejor hacerlo en
compañía, así las balas no se sienten tan feo. Muchas veces hemos fracasado
como empresa, a veces sentimos que el mundo se nos cae encima, pero sabemos que
al final nos vamos a reír de esto.
3. Tercero: Edúcate, instrúyete, síguete
preparando, la carrera empieza cuando terminas la escuela. Hay una gran
diferencia entre la escuela y el mundo real: En la escuela aprendes y practicas
cosas y lo peor es reprobar un examen, en la vida real te pones a prueba, no
puedes poner en riesgo la vida de una persona. Pero en las 2 también existen
los dieces.
4. Adáptate: Ningún trabajo es el
ideal, tendrás que ser flexible y hacer tu trabajo con los recursos que tengas
a la mano. No te arrepientas de esta hermosa carrera, al contrario, tómalo con
filosofía y disfrútalo. Ya vendrán tiempos mejores, paciencia.
5. Valórate como ingeniero biomédico,
hagas lo que hagas: Ventas, servicio, clínica, investigación o consultoría.
Todo esfuerzo por mejorar el mundo, siempre aportará un granito para cambiarlo,
muchas veces no te darás cuenta, pero así es.
6. Muchas veces sentirás que
nadie toma en cuenta tus consejos, tus reportes, tus observaciones, y sentirás
que nadie valora tu esfuerzo. Tranquilo, todos estamos igual, lo importante es
que debes seguir pateando hasta que ellos se cansen.
7. Comprométete con tus valores,
no te corrompas, la corrupción es una enfermedad tan profunda que poco a poco
debemos abatirla con pensamientos correctos, palabras correctas y acciones
trascendentales.
8. No pises a otros profesionistas,
instrúyelos, capacítalos, guíalos. Cuando ya no estemos aquí, sólo nos
recordaran aquellos que ayudamos, enseñamos y no dejamos solos. Impúlsalos.
9. Entiende que todos somos
maestros y aprendices, acepta que no lo sabes todo y que es aceptable pedir
ayuda.
10. El ego en exceso es enfermizo
y destruye a las personas, mantén los pies en la tierra.
Es válido criticar nuestras
acciones y cambiar nuestras creencias. Somos más la gente buena.
Gracias por leernos intelligeos,
agradecemos su tiempo.
Gracias a mis compañeros de
trabajo, cada esfuerzo va para ustedes. Gracias por ser mi fortaleza de la
soledad.
Fotografía tomada de la página de facebook: Dr. muchacho
Beto de biomédica.