Powered By Blogger

lunes, 8 de junio de 2020

BLOG- 56 La biomédica que nació en sótanos, con un tenedor y un multímetro, hoy está salvando muchas vidas: Gracias ingenieros biomédicos






Recuerdo como si fuera ayer, cuando empecé como becario en un hospital, me mandaban por las tortas, llevar y traer equipo médico y hacer mucho check list hasta aburrirme, como en la película de Karate Kid, yo era Daniel Sam. 

Muchos de nosotros empezamos sabiendo poco, y seguimos igual de ignorantes, porque a estas alturas, yo solo sé que no se nada. Me sigo maravillando de la ciencia, la ingeniería y la medicina.

Recuerdo como si fuera ayer, cuando muchos de nosotros empezamos trabajando en sótanos de hospitales, en mesitas en con solo una pc , y una caja de herramienta con 2 desarmadores(sin punta por cierto). Espera, si fue ayer y muchos de nosotros todavía no tenemos herramienta jajaja.

Recuerdo como si fuera ayer cuando les dije a mis papas que estudiaría ing. biomédica y lo primero que me preguntaron fue: ¿Y la bioquímica tiene trabajo? La verdad en ese entonces no sabía que decirles. Espera, fue ayer justamente cuando  a muchos de nosotros nos  les explotan y nos pagan mal. Seguimos batallando con eso.

Recuerdo como si fuera ayer cuando alguna ex novia dijo: estudias tanto para terminar arreglando aparatitos... La verdad fue una gran decisión terminar con ella. Ella no estaba preparada para esta conversación. Muchos de nosotros seguimos siendo incomprendidos. Si tu pareja no entiende la responsabilidad que tienes en tus manos, aléjate. Si pensabas que la biomédica era sencilla, ni madres, te faltan muchos sustos, mucho estrés y mucha satisfacción de ejercer la ing.  Más humana del mundo.

Recuerdo como si fuera ayer cuando en la escuela nos decían que la ingeniería biomédica era el futuro y claro que no se equivocaron, porque en el presente aún faltan muchas cosas por hacer. Departamentos de biomédica que implementar, leyes que mejorar, políticas por replantear. Toda una gama de oportunidades, nada, absolutamente nada está escrito.

Recuerdo como si fuera ayer cuando les explicaba a mis abuelos, que la ingeniería biomédica era la oportunidad que tenemos para tener una mejor vida actualmente. Una vida que generaciones anteriores no lograron disfrutar. A pesar de que no comprendan mucho de lo que intento explicar, estoy seguro de que se sienten orgullosos.

Recuerdo como si fuera ayer cuando por primera vez me enfrente a la presión de entrar en plena cirugía a revisar una máquina de anestesia. Ese día entendí  que mi trabajo tiene mucha trascendencia en personas que no me conocen y que yo no conozco. Sin embargo, siempre debo hacer lo correcto.
Recuerdo la primera vez que vi morir a un paciente en terapia intensiva y la aceptación de la frustración por aceptar que a veces hay batallas que no se ganan y que con todos los recursos y conocimiento, no podemos hacer nada contra la muerte. Que la vida muchas veces duele.

Recuerdo como si fuera la primera vez que vi un código rojo y esa sensación de satisfacción al saber que mis desfibriladores estaban al mero putazo. Que si salvaron al paciente, de alguna manera, muy a los lejos, tuve algo que ver.

Recuerdo la primera vez que me gané el respeto de los médicos, cuando durante un procedimiento hemodinámico pude configurar correctamente un balón de contra pulsación que a mitad de cirugía se trabó. Desde ese día los médicos me saludan en los pasillos.

Recuerdo la primera vez que vi a un recién nacido. Entender que nadie más debe morir, por la falta de una incubadora o cuna de calor radiante.

Si ingenieros, hay muchas victorias, pero nunca las aceptamos. Nunca valoramos esas batallas diarias en los  hospitales. Subestimamos mucho el trabajo del ingeniero clínico, del ingeniero de  servicio o ventas. Diariamente se aporta para salvar vidas y nadie dice nada.

Hoy hago un reconocimiento a los ingenieros biomédicos que trabajan, que dedican su tiempo a mejorar las condiciones de trabajo, que diariamente con acciones y mucha constancia, hacen del entorno un lugar mejor para dignificar la vida.

Somos el resultado de muchos ingenieros que llegaron antes que nosotros y por tanto debemos agradecer los caminos que nos trazaron y debemos de seguir. Si amigos, muchos de nosotros venimos de sótanos y espacios pequeños. Lugares donde muchos veían solo a personas que creen en una profesión. 

La ingeniería biomédica, sigue librando las mismas batallas que hace 30 años. Ganar un lugar dentro de las profesiones, ganar un reconocimiento y un lugar en la sociedad. El trabajo que buscamos al final del día es concientizar a la gente de la importancia y cuidado que tiene la tecnología médica en correlación al cuerpo humano.

Debes estar orgulloso, ya estas dejando huella, no abandones.

Beto de biomèdica

domingo, 7 de junio de 2020

BLOG- 55 Si te quiero, como el amor de 2 personas que se esperan en una terapia intensiva.



Una ocasión estaba con una ex a la que denominaremos “la innombrable” como Lord Voldermort. Esa noche, estábamos ya un poco inspirados por el amor que 2 personas juveniles suelen darse, apasionado y sin miramientos de miedo al futuro.

Cuando de repente como bomba de atómica, ella dejo caer una pregunta en mi pequeño Nagasaki.

Beto ¿me quieres? -Preguntó

¿Heeee mande?

Si pregunté si me quieres-Como navaja incisiva

Si claro que te quiero-Le dije

¿Cómo me quieres? -Volvió a preguntar, chale.

Pues de la única forma que se querer-Esperando a que dejara de acribillarme

¿Y cómo es esa forma? Y ¿hasta dónde? Explícame-Me dijo

Mira, te voy a contar una historia y después de ella entenderás un poco de lo que trato de decir

Una ocasión justamente antes de salir del trabajo, me encontraba en mi último rondín del día. Como tú sabes, más de una vez he ido al hospital en la madrugada por que la esterilizadora falla, entonces decido pasar al cuarto de máquinas a checar.

Curiosamente ese día, había olvidado realizar el check list de equipo médico de terapia intensiva y como no tenía tanta prisa de llegar a mi casa, decidí hacerlo en punto de las 9:00 de la noche. Imprimí mis hojitas de check list, tomé el analizador de desfibrilador y decidí entrar a terapia intensiva.

En el camino al área, presioné el botoncito para que me abrieran “Hola soy beto de biomédica, vine hacer check list” y en eso mientras me habría la puerta, vi a una chica sentada en el área de espera. ¿Por qué llamó mi atención? No lo sé, pero la vi, ella me vio y le dije: buenas noches.

Entré a terapia intensiva y sin miramientos, realicé mi check list nocturno.

Aquí quiero abrir un paréntesis amiguito lector: Desde que era becario me gustaba preguntar a los médicos cual era el diagnóstico de los pacientes, porque de esa manera relacionaba la patología con mi trabajo de equipo médico. Nosotros como biomédicos debemos tomar conciencia clínica y entender que un “aparato” tiene muchísimo impacto en la recuperación de un paciente. No es lo mismo un paciente renal que necesita una máquina de hemodiálisis, a un paciente que tiene quemaduras de tercer grado y necesita una cama con posiciones específicas. No nos centremos en la reparación, enfoquémonos en el ¿Para qué?

Bueno, pues el doctor me platicó de una jovencita, que tuvo un accidente muy grave y lamentablemente su salud estaba muy comprometida. Decidí salir de ahí y dirigirme a casa.

 

Día 2

Como yo trabajaba en el turno de la tarde y hemodinamia estaba justamente en el mismo piso de terapia intensiva, decidí pasar antes de irme. Días anteriores el balón de contra pulsación tuvo un problema y se trabó en mitad de un cateterismo ¿Por qué? Solo Dios lo sabe. En fin, no volvió a fallar.

Al salir me percaté de que la chica que estaba un día anterior, también estaba esa noche. Pasé por ahí y le dije: Buenas noches.

Y como buen jovenazo, me fui a mi casa.

Día 3

Ese día llegué por la mañana, y que ¿crees? Que la esterilizadora de óxido tuvo un problema. La puerta no se podía abrir. Así que subí a destrabar la puerta. Cuando iba entrando al área, volví a encontrar a la misma chica, sentada en el área de espera. Me pregunté a mi mismo ¿Será que ella vive en el hospital como el actor de la película “La terminal”?

Quien sabe, me respondí, no tenía tiempo para filosofar y si, una esterilizadora de gas con la puerta trabada.

Finalizo el día y justamente antes de checar, decidí hacer una apuesta con el beto interior: Si subes al área de espera de terapia intensiva y te encuentras a la chica, vas por unos tacos al pastor y si no está, te dormirás sin cena. Mi corazón me decía que ella iba a estar ahí.

¿Qué crees? Que si estaba jajaja… Tacos vengan a mí.

Ya que estaba gustoso por los tacos, me di media vuelta, cuando mi yo interior dijo: Pregúntale si vive aquí, igual y ella es la que repara los equipos que misteriosamente el día siguiente empiezan a funcionar.

-Oye, ¿tú vives aquí? Es que desde hace varios días te he visto aquí y bueno, tengo las sospechas de que hay alguien repara mis equipos médicos. ¿eres biome? - Pregunté

-Jajaja no, no vivo aquí, solo estoy esperando-Contestó

-¿Esperas como la loca del muelle de San Blas?-Pregunté

-No, solo espero a que un paciente despierte-Dijo pacientemente.

-Haaa ¿y ya cenaste?

-No, no he cenado, bueno aquí traigo una gelatina-DIjo

-¿Gelatina? ¿acaso a eso llamas cena? Que los dioses de la gula te torturen, eso no es cena. Hoy es tu día de suerte, te ganaste unos tacos al pastor, bueno, más bien nos ganamos

 

 

 

Los tacos

Algo tienen los tacos de pastor que curan la depresión, mejoran el ánimo y de alguna manera hacen que tu perspectiva del mundo cambie.

-Anda, escupe tu historia-Mientras devoraba la piña del taquito

-¿Mi historia?-Preguntó

-Sí, no es que seamos presos, pero ¿Por qué estás aquí?

-Mi pareja está delicada de salud, y estoy esperando a que despierte.

-Hablas del señor de 60 año? Perdón, no pensé que fueran pareja, está muy grande para ti. Pero bueno, el amor no conoce de edad.

- ¡Para nada! Mi pareja es la chica del cubículo 6-Contestó

-Yaaa ahora entiendo porque no te vas. ¿la quieres muchísimo verdad? -Pregunté

-Si, en cuanto supe del accidente no me he despegado. Estoy esperando a que despierte

- ¿Y la familia de ella no viene? -Pregunté

-Sí, son los que están allá sentados. Aunque no me acerco a ellos, pues no aceptan nuestra relación.

-Chale, que mala onda. Supongo que entiendo por qué.

Y comimos taquitos.

Ella espero durante 30 días para que despertara su pareja. Diariamente cuando me veía, me preguntaba si la había visto, si había despertado. Todos, todos los días, ella estaba ahí, incondicionalmente. Pasaron 40 días y su pareja despertó.

Un día iba llegando a la terapia intensiva y ya no vi en la sala de espera a la chica. Pensé: Tal vez se cansó de esperar. ¿Cuál fue mi sorpresa? Ella estaba adentro de la terapia con su pareja, diariamente en la hora de visita, le leía.

Par de meses después, la trasladaron a la terapia intermedia. La familia de la chica accidentada, aceptó la relación, pues se dieron cuenta que la compañía de ambas era la mejor cura contra las penas.

Ya no supe que fue de ellas, creo que toda marcha mejor ahora, espero.

Volviendo a tu pregunta, si te quiero, como el amor de 2 personas que se esperan en una terapia intensiva. Un amor que se rompe y deja cicatrices, pero con el tiempo y un poquito de esperanza, vuelve a empezar. ¿Capichi?

Beto de biomédica


BLOG- 124 ¿POR QUÉ EL INGENIERO BIOMÉDICO NO DEBE TRATAR, DIAGNOSTICAR Y RECETAR A PACIENTES?

¿POR QUÉ EL INGENIERO BIOMÉDICO NO DEBE TRATAR, DIAGNOSTICAR Y RECETAR A PACIENTES? Una ocasión fui a una fiesta y durante la misma me pre...