Una ocasión estaba con una ex a
la que denominaremos “la innombrable” como Lord Voldermort. Esa noche, estábamos
ya un poco inspirados por el amor que 2 personas juveniles suelen darse,
apasionado y sin miramientos de miedo al futuro.
Cuando de repente como bomba de
atómica, ella dejo caer una pregunta en mi pequeño Nagasaki.
Beto ¿me quieres? -Preguntó
¿Heeee mande?
Si pregunté si me quieres-Como
navaja incisiva
Si claro que te quiero-Le dije
¿Cómo me quieres? -Volvió a preguntar,
chale.
Pues de la única forma que se
querer-Esperando a que dejara de acribillarme
¿Y cómo es esa forma? Y ¿hasta dónde?
Explícame-Me dijo
Mira, te voy a contar una
historia y después de ella entenderás un poco de lo que trato de decir
Una ocasión justamente antes de
salir del trabajo, me encontraba en mi último rondín del día. Como tú sabes, más
de una vez he ido al hospital en la madrugada por que la esterilizadora falla,
entonces decido pasar al cuarto de máquinas a checar.
Curiosamente ese día, había olvidado
realizar el check list de equipo médico de terapia intensiva y como no tenía
tanta prisa de llegar a mi casa, decidí hacerlo en punto de las 9:00 de la
noche. Imprimí mis hojitas de check list, tomé el analizador de desfibrilador y
decidí entrar a terapia intensiva.
En el camino al área, presioné el
botoncito para que me abrieran “Hola soy beto de biomédica, vine hacer check
list” y en eso mientras me habría la puerta, vi a una chica sentada en el área
de espera. ¿Por qué llamó mi atención? No lo sé, pero la vi, ella me vio y le
dije: buenas noches.
Entré a terapia intensiva y sin
miramientos, realicé mi check list nocturno.
Aquí quiero abrir un paréntesis amiguito
lector: Desde que era becario me gustaba preguntar a los médicos cual era el
diagnóstico de los pacientes, porque de esa manera relacionaba la patología con
mi trabajo de equipo médico. Nosotros como biomédicos debemos tomar conciencia
clínica y entender que un “aparato” tiene muchísimo impacto en la recuperación
de un paciente. No es lo mismo un paciente renal que necesita una máquina de
hemodiálisis, a un paciente que tiene quemaduras de tercer grado y necesita una
cama con posiciones específicas. No nos centremos en la reparación, enfoquémonos
en el ¿Para qué?
Bueno, pues el doctor me platicó
de una jovencita, que tuvo un accidente muy grave y lamentablemente su salud
estaba muy comprometida. Decidí salir de ahí y dirigirme a casa.
Día 2
Como yo trabajaba en el turno de
la tarde y hemodinamia estaba justamente en el mismo piso de terapia intensiva,
decidí pasar antes de irme. Días anteriores el balón de contra pulsación tuvo
un problema y se trabó en mitad de un cateterismo ¿Por qué? Solo Dios lo sabe.
En fin, no volvió a fallar.
Al salir me percaté de que la
chica que estaba un día anterior, también estaba esa noche. Pasé por ahí y le
dije: Buenas noches.
Y como buen jovenazo, me fui a mi
casa.
Día 3
Ese día llegué por la mañana, y
que ¿crees? Que la esterilizadora de óxido tuvo un problema. La puerta no se
podía abrir. Así que subí a destrabar la puerta. Cuando iba entrando al área,
volví a encontrar a la misma chica, sentada en el área de espera. Me pregunté a
mi mismo ¿Será que ella vive en el hospital como el actor de la película “La
terminal”?
Quien sabe, me respondí, no tenía
tiempo para filosofar y si, una esterilizadora de gas con la puerta trabada.
Finalizo el día y justamente
antes de checar, decidí hacer una apuesta con el beto interior: Si subes al
área de espera de terapia intensiva y te encuentras a la chica, vas por unos
tacos al pastor y si no está, te dormirás sin cena. Mi corazón me decía que
ella iba a estar ahí.
¿Qué crees? Que si estaba jajaja…
Tacos vengan a mí.
Ya que estaba gustoso por los
tacos, me di media vuelta, cuando mi yo interior dijo: Pregúntale si vive aquí,
igual y ella es la que repara los equipos que misteriosamente el día siguiente empiezan
a funcionar.
-Oye, ¿tú vives aquí? Es que
desde hace varios días te he visto aquí y bueno, tengo las sospechas de que hay
alguien repara mis equipos médicos. ¿eres biome? - Pregunté
-Jajaja no, no vivo aquí, solo
estoy esperando-Contestó
-¿Esperas como la loca del muelle
de San Blas?-Pregunté
-No, solo espero a que un
paciente despierte-Dijo pacientemente.
-Haaa ¿y ya cenaste?
-No, no he cenado, bueno aquí
traigo una gelatina-DIjo
-¿Gelatina? ¿acaso a eso llamas
cena? Que los dioses de la gula te torturen, eso no es cena. Hoy es tu día de
suerte, te ganaste unos tacos al pastor, bueno, más bien nos ganamos
Los tacos
Algo tienen los tacos de pastor
que curan la depresión, mejoran el ánimo y de alguna manera hacen que tu
perspectiva del mundo cambie.
-Anda, escupe tu
historia-Mientras devoraba la piña del taquito
-¿Mi historia?-Preguntó
-Sí, no es que seamos presos,
pero ¿Por qué estás aquí?
-Mi pareja está delicada de
salud, y estoy esperando a que despierte.
-Hablas del señor de 60 año?
Perdón, no pensé que fueran pareja, está muy grande para ti. Pero bueno, el
amor no conoce de edad.
- ¡Para nada! Mi pareja es la
chica del cubículo 6-Contestó
-Yaaa ahora entiendo porque no te
vas. ¿la quieres muchísimo verdad? -Pregunté
-Si, en cuanto supe del accidente
no me he despegado. Estoy esperando a que despierte
- ¿Y la familia de ella no viene?
-Pregunté
-Sí, son los que están allá
sentados. Aunque no me acerco a ellos, pues no aceptan nuestra relación.
-Chale, que mala onda. Supongo
que entiendo por qué.
Y comimos taquitos.
Ella espero durante 30 días para
que despertara su pareja. Diariamente cuando me veía, me preguntaba si la había
visto, si había despertado. Todos, todos los días, ella estaba ahí, incondicionalmente.
Pasaron 40 días y su pareja despertó.
Un día iba llegando a la terapia
intensiva y ya no vi en la sala de espera a la chica. Pensé: Tal vez se cansó
de esperar. ¿Cuál fue mi sorpresa? Ella estaba adentro de la terapia con su pareja,
diariamente en la hora de visita, le leía.
Par de meses después, la
trasladaron a la terapia intermedia. La familia de la chica accidentada, aceptó
la relación, pues se dieron cuenta que la compañía de ambas era la mejor cura
contra las penas.
Ya no supe que fue de ellas, creo
que toda marcha mejor ahora, espero.
Volviendo a tu pregunta, si te
quiero, como el amor de 2 personas que se esperan en una terapia intensiva. Un
amor que se rompe y deja cicatrices, pero con el tiempo y un poquito de
esperanza, vuelve a empezar. ¿Capichi?
Beto de biomédica
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