Recuerdo como si fuera ayer, cuando empecé como becario en un hospital, me mandaban por las tortas, llevar y traer equipo médico y hacer mucho check list hasta aburrirme, como en la película de Karate Kid, yo era Daniel Sam.
Muchos de nosotros empezamos sabiendo poco, y seguimos igual de ignorantes, porque a estas alturas, yo solo sé que no se nada. Me sigo maravillando de la ciencia, la ingeniería y la medicina.
Recuerdo como si fuera ayer, cuando muchos de nosotros empezamos trabajando en sótanos de hospitales, en mesitas en con solo una pc , y una caja de herramienta con 2 desarmadores(sin punta por cierto). Espera, si fue ayer y muchos de nosotros todavía no tenemos herramienta jajaja.
Recuerdo como si fuera ayer cuando les dije a mis papas que estudiaría ing. biomédica y lo primero que me preguntaron fue: ¿Y la bioquímica tiene trabajo? La verdad en ese entonces no sabía que decirles. Espera, fue ayer justamente cuando a muchos de nosotros nos les explotan y nos pagan mal. Seguimos batallando con eso.
Recuerdo como si fuera ayer cuando alguna ex novia dijo: estudias tanto para terminar arreglando aparatitos... La verdad fue una gran decisión terminar con ella. Ella no estaba preparada para esta conversación. Muchos de nosotros seguimos siendo incomprendidos. Si tu pareja no entiende la responsabilidad que tienes en tus manos, aléjate. Si pensabas que la biomédica era sencilla, ni madres, te faltan muchos sustos, mucho estrés y mucha satisfacción de ejercer la ing. Más humana del mundo.
Recuerdo como si fuera ayer cuando en la escuela nos decían que la ingeniería biomédica era el futuro y claro que no se equivocaron, porque en el presente aún faltan muchas cosas por hacer. Departamentos de biomédica que implementar, leyes que mejorar, políticas por replantear. Toda una gama de oportunidades, nada, absolutamente nada está escrito.
Recuerdo como si fuera ayer cuando les explicaba a mis abuelos, que la ingeniería biomédica era la oportunidad que tenemos para tener una mejor vida actualmente. Una vida que generaciones anteriores no lograron disfrutar. A pesar de que no comprendan mucho de lo que intento explicar, estoy seguro de que se sienten orgullosos.
Recuerdo como si fuera ayer cuando por primera vez me enfrente a la presión de entrar en plena cirugía a revisar una máquina de anestesia. Ese día entendí que mi trabajo tiene mucha trascendencia en personas que no me conocen y que yo no conozco. Sin embargo, siempre debo hacer lo correcto.
Recuerdo la primera vez que vi morir a un paciente en terapia intensiva y la aceptación de la frustración por aceptar que a veces hay batallas que no se ganan y que con todos los recursos y conocimiento, no podemos hacer nada contra la muerte. Que la vida muchas veces duele.
Recuerdo como si fuera la primera vez que vi un código rojo y esa sensación de satisfacción al saber que mis desfibriladores estaban al mero putazo. Que si salvaron al paciente, de alguna manera, muy a los lejos, tuve algo que ver.
Recuerdo la primera vez que me gané el respeto de los médicos, cuando durante un procedimiento hemodinámico pude configurar correctamente un balón de contra pulsación que a mitad de cirugía se trabó. Desde ese día los médicos me saludan en los pasillos.
Recuerdo la primera vez que vi a un recién nacido. Entender que nadie más debe morir, por la falta de una incubadora o cuna de calor radiante.
Si ingenieros, hay muchas victorias, pero nunca las aceptamos. Nunca valoramos esas batallas diarias en los hospitales. Subestimamos mucho el trabajo del ingeniero clínico, del ingeniero de servicio o ventas. Diariamente se aporta para salvar vidas y nadie dice nada.
Hoy hago un reconocimiento a los ingenieros biomédicos que trabajan, que dedican su tiempo a mejorar las condiciones de trabajo, que diariamente con acciones y mucha constancia, hacen del entorno un lugar mejor para dignificar la vida.
Somos el resultado de muchos ingenieros que llegaron antes que nosotros y por tanto debemos agradecer los caminos que nos trazaron y debemos de seguir. Si amigos, muchos de nosotros venimos de sótanos y espacios pequeños. Lugares donde muchos veían solo a personas que creen en una profesión.
La ingeniería biomédica, sigue librando las mismas batallas que hace 30 años. Ganar un lugar dentro de las profesiones, ganar un reconocimiento y un lugar en la sociedad. El trabajo que buscamos al final del día es concientizar a la gente de la importancia y cuidado que tiene la tecnología médica en correlación al cuerpo humano.
Debes estar orgulloso, ya estas dejando huella, no abandones.
Beto de biomèdica
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