Una ocasión iba por los pasillos del hospital. Al llegar al área de terapia intensiva, encontré a una señora que estaba llorando desconsoladamente. Recuerdo que yo iba en dirección a terapia intensiva a realizar mi última revisión del día antes de irme, cuando se me acercó y me preguntó si podía hacerle un favor.
Me dijo - Niño, ¿Podrías por favor decirme como está mi hija? ¿Podrías dejarle esta imagen en su almohada? Está en el cubículo 3. Es una niña de 17 años de cabello negro y piel morena. Necesito saber que está bien, necesito saberlo - Empezó a llorar.
Yo le dije que no era médico, que no podía darle esa información, que debía tener paciencia, que más tarde le darían indicaciones. Tuve que dejarla en el pasillo, tenía que hacer la revisión de mis equipos. Si me porté frío, pero en ese momento fue porque mi responsabilidad era otra.
Al entrar a la terapia intensiva, empecé por el cubículo 1, siempre me ha gustado llevar un orden ascendente de revisión, hasta que llegué al cubículo 3. En ese momento vi a la hija de la señora. Si me preguntas, yo vi los signos vitales estables, pero aun con eso no soy nadie para dar un informe médico a un familiar.
Verifiqué el funcionamiento de bombas de infusión, monitor de signos vitales y ventilador. Seguí con los siguientes cubículos, me firmaron mi revisión y salí de ahí. Ya eran las 11 de la noche y tenía sueño, estaba cansado.
Estar en un hospital te expone a muchas situaciones como ésta, conoces a muchos tipos de pacientes, te das cuenta del sufrimiento del otro, como me dijo alguna vez un mentor: Debes tratar de manera amable a las personas que van a un hospital, nadie viene aquí por estar de vacaciones.
Estar en un hospital te expone a muchas situaciones como ésta, conoces a muchos tipos de pacientes, te das cuenta del sufrimiento del otro, como me dijo alguna vez un mentor: Debes tratar de manera amable a las personas que van a un hospital, nadie viene aquí por estar de vacaciones.
Al salir la señora corrió a preguntarme si vi a su hija, si ella estaba bien. Simplemente le dije que no sabía, que en un momento más el médico le informaba.
Ese día salí del hospital y me fui a casa.
Me llamaron en punto de las 02:35 am, me dijeron que tenían un problema con la máquina de hemodiálisis, pues no estaba pasando la prueba de presión y flujos y que era necesario ir al hospital, pues la paciente necesitaba hemodialisarse de urgencia y no podían trasladarla al área de hemodiálisis.
Ya sabes, mientras manejaba iba construyendo las posibles fallas y soluciones:
1. Si la máquina de hemodiálisis fallaba no iba perder tiempo investigando el problema, tenía que ir por otra máquina y cambiarla, sin antes preguntar si la paciente no tenía alguna infección de cuidado.
2. Si la ósmosis de traslado fallaba, ahí sí tendríamos un problema grave, porque no tenía ni una “NPI” (Ni puta idea) de cómo arreglarla. En la escuela no llevé la materia “Qué hacer en casos de que falle la ósmosis de traslado” estaba frito como una papa a la francesa.
2. Si la ósmosis de traslado fallaba, ahí sí tendríamos un problema grave, porque no tenía ni una “NPI” (Ni puta idea) de cómo arreglarla. En la escuela no llevé la materia “Qué hacer en casos de que falle la ósmosis de traslado” estaba frito como una papa a la francesa.
Llegué corriendo al área y me encontré a la misma señora que el día anterior me preguntó por su hija. Ingrese a terapia intensiva.
Efectivamente la máquina de hemodiálisis no pasaba su sanitización automática y mandaba alarma de bajo flujo de intercambio. Afortunadamente el problema no era la máquina, desafortunadamente era la ósmosis. El doctor se acercó conmigo y me dijo - Mira Roberto, la paciente está muy mal, si algo malo pasa hoy con esas máquinas que no funcionan será tu responsabilidad. Resuélvelo cuanto antes - Imagina por un momento esas palabras dirigidas por el jefe de terapia intensiva, ahora imagina esas palabras y al mismo tiempo tener que resolver un problema del cual no tienes ni idea qué hacer.
Es en ese momento cuando florece nuestra fe y hablamos con Dios, bueno hasta le proponemos un trato: “Dios sácame de ésta, por favor, prometo que no comeré pizzas de peperoni en cuaresma, prometo poner atención en la homilía, prometo no volver a ver x vídeos”.
Es en ese momento cuando florece nuestra fe y hablamos con Dios, bueno hasta le proponemos un trato: “Dios sácame de ésta, por favor, prometo que no comeré pizzas de peperoni en cuaresma, prometo poner atención en la homilía, prometo no volver a ver x vídeos”.
No, no es fácil y la escuela no te prepara tampoco para eso.
Bueno, empecemos. Me decía a mí mismo:
- Bueno Beto ya estamos aquí, chingao ¿De dónde se prende esta madre?, seguro de aquí ¡Chale! Se prendió una alarma, no, de aquí no es. Mira Beto de seguro es ese botón rojo, a ver préndelo, ¡Listo! ¡Ya prendió! ¿Por qué no saca agua? A ver Betito ¿Estas mangueras de qué son? Hay una roja y una azul, chale, a ver fíjate si sale agua por ahí. Mierda ¡Beto! Estás tirando el agua. Veamos, veamos. Cierra la llave, chale ¡Beto! Huele a quemado. No, tranquilo. Los motores se calentaron. Tranquilo. Sí va quedar, sí va quedar, un día te vas a reír de esto. A ver, Beto ¡Tranquilízate gusano! - Y me di una cachetada – Me continúe diciendo - Beto, primero verifica que las condiciones de suministro eléctrico e hidráulico sean las óptimas. Listo ¿Están bien? Sí Beto. Segundo, verifica que no haya fugas o pérdidas en laguna parte del circuito hidráulico. Beto ¿Encontraste alguna? No Beto. Perfecto. Tercero, verifica que las bombas enciendan correctamente y apaguen de acuerdo a su presostato ¿Ya las revisaste? No Beto. Es que no alcanzo a presionar el botón de reinicio. Inténtalo, córrele que te están esperando. Ya voy Beto. Listo, ya quedo ¿Encienden? Sí Beto. ¿Funciona? No Beto, sigue sin darme la presión y flujo necesarios. Mierda Beto, nos vamos a ir a la cárcel, al carajo tu sueño de conocer la India, de casarte o comprarte un vocho con rines deportivos. Ya nos cargó el payaso, estamos fritos como papas…Beto, Beto, Beto ¡Tranquilo, tranquilo! Apágala y préndela, chance y jala…
¡Y que jala!
¡Ya está funcionando, acaba de pasar el test!
Misteriosamente empezó a funcionar.
¡Ya está funcionando, acaba de pasar el test!
Misteriosamente empezó a funcionar.
Bueno, ve y diles que sólo necesitamos 10 minutos más para sanitizar la ósmosis y que después de eso pueden usarla.
10 minutos después…
- Doctor podemos conectar a la paciente – Dije.
¿Cuál era mi sorpresa? Era la hija de la señora la que necesitaba hemodiálisarse.
Me quedé las 5 horas que duró la sesión de hemodiálisis, ya tenía miedo de que algo pasara, no quería ir a la cárcel. Yo no puedo afirmar que esa sesión de hemodiálisis le haya salvado la vida, pero después de 2 sesiones más se fue a casa.
- ¿Cuál era el problema? - El Doctor me preguntó.
A lo que respondí muy cultamente - La charinfla se deschabetó, por tanto la pulcracia no tuvo una presión necesaria para proporcionarnos el ajuste del desconchiflador - Que inteligente es usted, muchas gracias – Respondió el Doctor.
¿Cuál era mi sorpresa? Era la hija de la señora la que necesitaba hemodiálisarse.
Me quedé las 5 horas que duró la sesión de hemodiálisis, ya tenía miedo de que algo pasara, no quería ir a la cárcel. Yo no puedo afirmar que esa sesión de hemodiálisis le haya salvado la vida, pero después de 2 sesiones más se fue a casa.
- ¿Cuál era el problema? - El Doctor me preguntó.
A lo que respondí muy cultamente - La charinfla se deschabetó, por tanto la pulcracia no tuvo una presión necesaria para proporcionarnos el ajuste del desconchiflador - Que inteligente es usted, muchas gracias – Respondió el Doctor.
Algo hicimos bien ¿Tal vez?
¿Me asusté? Muchísimo.
¿Algo misterioso pasó? Si, desde ahí ya no como pizza de peperoni en cuaresma.
¿Ya compraste el vocho? Nel, sigo siendo pobre.
¿Me asusté? Muchísimo.
¿Algo misterioso pasó? Si, desde ahí ya no como pizza de peperoni en cuaresma.
¿Ya compraste el vocho? Nel, sigo siendo pobre.
Ese día salí las 7:10 am de terapia intensiva cansado y desvelado. La señora se me acercó y me preguntó si sabía algo de su hija y le conteste - Era la válvula de alivio, no eran los suministros hidráulicos ni eléctricos, afortunadamente no había fugas en las líneas y filtros, tampoco las bombas eran el problema. Sólo hubo necesidad de ajustar y sanitizar, ahora me voy a casa - La señora me miró de una forma desconcertada y volvió a preguntar - ¿Y mi hija? - No sé, pero confíe en la ciencia, ella hace lo que puede con lo que tiene. Todo va salir bien. Ya no me iré a la cárcel, si compraré mi vocho – Le respondí.
Ese día pasó algo, la verdad no supe ni como lo arreglé. De alguna manera ayudamos a mejorar la condición de la señorita. Sin saber cómo, a veces las cosas pasan y siempre se resuelven.
Hay ocasiones en las que te enfrentarás a problemas que no sabrás resolver, muchas veces la gente no va entender eso. Sin importar el miedo que sientas, jamás digas que no puedes hacerlo, el primer paso está en eso: HACERLO. Confía en tu conocimiento.
Prepárate, estudia y práctica. ¡Ya vete a un hospital! Falta mucho por aprender ¿Qué estás esperando?
Prepárate, estudia y práctica. ¡Ya vete a un hospital! Falta mucho por aprender ¿Qué estás esperando?
¿A ti qué milagro técnico te ha pasado?
Beto de biomédica
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