Una ocasión conocí a una ingeniera recién egresada. Se acercó al final de una ponencia, para contarme su situación y solicitarme un consejo. Ella acababa de coronar su graduación y estaba lista para enfrentarse al mundo; pero, había un problema: Había intentado buscar trabajo en diferentes empresas, tomó experiencia en un hospital y buscó de manera desesperada la oportunidad de conseguir un trabajo.
En una empresa le dijeron que por
ser mujer no podían contratarla, ya que el trabajo requería viajar a diversas
zonas del país, cargar una caja de herramienta y tratar en la mayoría de los
casos con hombres. Ella argumentó que tenía el conocimiento y que la caja de
herramienta no sería problema, y con respecto al trato del cliente, ella sabría
cómo resolver momentos de tensión. Trató y trató y aun así no la contrataron.
¿La caja de herramienta y tratar con hombres era realmente el problema?
En el hospital, sufrió de acoso
por parte de su jefe. Me contó que en varias ocasiones el intentó invitarla a
salir y que ella se negaba con el argumento de que siempre tenía pendientes que
hacer. Con el paso del tiempo su superior comenzó a ser más enérgico y comenzó
a hostigarla. Ella intentó establecer una frontera, comentándole que tenía
novio y que no estaba interesada, más que en una relación laboral. Fue en ese
momento que su jefe empezó a hostigarla de manera cada vez más directa, a tal
grado que la obligó a renunciar.
En otra ocasión un amigo decidió
alejarse de la biomédica, porque lamentablemente le tocó un jefe que lo
humillaba delante de otros, exponía la ignorancia de ciertos temas y se burlaba
de aspectos físicos de mi compañero. Durante 2 años recibió ataques,
humillaciones, “bromas” a tal grado que lo hicieron dudar sobre si realmente
era bueno para la biomédica o simplemente debía dejarla. Un día la abandonó,
como se abandonan los zapatos viejos diría Joaquín Sabina. Yo me pregunto,
¿Cuántas personas se han frustrado por tener malos jefes?
La mayoría de nosotros
compartimos las mismas experiencias: Salir y enfrentarnos al mundo. Pero no
todos corremos con la suerte de encontrar buenos mentores, que nos aporten, nos
guíen, nos acompañen y nos motiven a ser buenos profesionistas. Lamento
decirte, que he conocido más jefes que te ponen el pie, que te humillan o
buscan opacarte, en lugar de impulsarte como un trampolín. Nosotros tenemos la
responsabilidad de acompañar, de cuidar y enseñar a los que vienen atrás. Decía
un proverbio chino: Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no
lo digas.
¿Es tan difícil entender eso? La
idea más estúpida que he escuchado es: Los tratamos mal para que vayan tomando
carácter. En algún aspecto tiene razón: La vida no es lineal, el mundo laboral
está en constante cambio y muchos de nosotros no sabemos cómo adaptarnos.
Imagínalo, durante 5 años estás en la escuela y los problemas más urgentes a
los que te enfrentas son la entrega de exámenes y tareas; no estamos tan
expuestos. ¿Pero eso es argumento para permitir que nos humillen, nos minimicen
o hagan menos nuestros méritos?
Pienso que no es una medida muy pedagógica y muy didáctica, esa que muchos hacen para reafirmar que son los jefes y que sus egos son más grandes y no hablemos de su conocimiento, se creen los amos y maestros del universo. Muchos estudiantes abandonan esa pelea diaria y no saben adaptarse, porque se toparon con alguien que no tiene más que frustración y traumas para dar.
¿Qué tan difícil es comprender
que el mundo es demasiado grande y nosotros tan pequeños? ¿de verdad es
necesario reafirmarnos todo el tiempo pisando a personas? Que pequeños son
aquellos que necesitan de la ofensa para llamar la atención. Tantas historias
macabras de colegas que han dejado sus estudios, sus carreras profesionales y
trabajos, por toparse con personas que no saben ser líderes y que piensan que
tienen el poder, aunque eso signifique subirse a un ladrillo.
¿Qué hacer si nos sentimos
perdidos?
Es normal sentir que no somos los
suficientemente buenos para algo, llegan las dudas, se dinamita el alma y
creemos que de nosotros un fracaso inminente. Si en algo te ayuda, hay personas
que pagan más por una manicure, que por una consulta médica y por eso se
mueren. Por no atenderse como debe ser. En fin, sigamos.
Vamos por la vida creyendo que
los demás avanzan y nosotros nos quedamos atrás, sumando que encontramos este
tipo de gente que, en lugar de aportar y sumar, parece que nos desgastan.
¿Quién diablos les dijo que esas son maneras de enseñar? Año con año, muchos
jóvenes egresan de la universidad y tienen sueños y objetivos, pero es el mundo
quien se encarga de romperlos, hacerlo bolita y tirarlos a la basura. Es ahí
donde nosotros debemos buscar las respuestas, tener el valor de salir de un
lugar, renunciar y escapar corriendo.
¿Por qué si no eres feliz en tu
trabajo continuas en él?
¿Porque la sociedad nos ha
enseñado que debemos aceptar el mal trato y el abuso por parte de empresas,
jefes o instituciones? Déjame decirte algo bien cierto: El día que te vayas, te
van a sustituir por alguien más. Nadie, absolutamente nadie, te va despedir, te
va agradecer. Nadie te va devolver el tiempo que no le diste a tu familia, a tu
pareja, a ti mismo. Es correcto amigas y amigos, la vida es corta y nuestro
único valor es el tiempo. Escapa.
Beto, pero necesito el dinero.
Claro, eso lo entiendo, todos vivimos al día, trabajamos para llevar pan a la
mesa. No te estoy pidiendo que te abandones y mandes todo al carajo; lo que
trato de decir es que te levantes, y comiences a demostrar carácter y si aún
con eso, no hay cambios, sal de un ambiente tóxico, de un ambiente que te está
robando tiempo y vida. Valora y toma una decisión, la persona más importante
eres tú.
Ahora, hoy no te quiero dar
consejos, pero te voy a recomendar una serie de consejos legales que puedes
aplicar si sufres de violencia en el trabajo:
1. Tú
cumples una jornada laboral diaria de 8 horas, si superas esa jornada, se pagan
con dinero, no con tiempo, no con días de descanso, dinero paps.
2. Cuando
firmas un contrato, ahí deben venir las actividades a desempeñar, no más ni
menos, solo las que especifica TU PERFIL, en aspectos de derechos y
obligaciones.
3. Si
te piden ir horas extras, las deben de pagar y no estás obligado. Ningún
contrato de trabajo está por encima de la LEY FEDERAL DEL TRABAJO. Nadie, ni
siquiera el mismo presidente de la república. A lo mejor la constitución
mexicana en algunos aspectos.
4. Después
de tu hora de trabajo, tienes el derecho apagar tu celular, siempre y cuando en
tu contratación se especifique lo contrario.
5. ¿Sabías
que se considera acoso cibernético que la empresa o tu jefe te busquen en redes
sociales? Ese es un espacio libre y fuera de cualquier contexto laboral, si
quieres compartir cadenas de oración o memes, estás en tu derecho y ese amiga,
nadie puede quitártelo. Se llama libertad expresión.
6. Si
tu jefe o jefa te hostigan, te recomiendo lo siguiente:
1. Descarga
una aplicación para grabar llamadas y grábalos cuando te estén jodiendo.
2. En
cada acción de hostigamiento, extorsión o chantaje, con que te van a correr si
no haces tal cosa, grábalo en audio, llega a tu casa y guarda la evidencia.
3. Todo
por escrito, todo respaldo es evidencia de trabajo, protégete.
4. Si
en la empresa no te pagan la gasolina, no te dan herramienta y aun con eso
debes ir a trabajar, tu como empleado tienes el derecho de no hacer ciertas
actividades, si no se garantiza tu seguridad y recursos.
5. No
denigres tu trabajo, valora tu tiempo y protege siempre tu integridad.
Bien, pero hay algo que debemos
aclarar: Debes ser un buen empleado, cumplir con tus horarios, asistencias,
responsabilidades en la medida de lo posible, recuerda que, ante una denuncia
convertida en demanda, si no tienes los argumentos necesarios, puede salirte
muy caro.
No cagues donde comes.
PD. No toda la evidencia es
válida, se necesitará un peritaje, para determinar la vialidad de las mismas,
pero todo suma, no lo olvides.
Beto de biomédica.
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