Una vez en la escuela me dijeron: observa a tu alrededor,
todos tus compañeros un día serán competencia, un día todos egresaran y
comenzaran a buscar trabajo, las oportunidades se saturarán y entenderán que
aquí sobrevive el más fuerte. Que equivocados estaban.
Cuando llegamos al séptimo semestre, todos nosotros
comenzamos a plantearnos: después de la escuela ¿qué vamos hacer?, es ahí donde
entendí que éramos competencia y no porque nosotros hayamos querido,
simplemente es porque dicen que en México las cosas son así…
Un día un amigo mío y a quien estimo mucho me dijo: ¿Beto,
realmente no sé qué hacer saliendo, todos en la mayoría no contamos con
experiencia y tú sabes que en nuestra facultad el fuerte no es la labor de
venta, a nosotros nos forman con vocación científica qué hacemos?
Recuerdo muy bien que le dije: Vamos a implementar un
departamento de biomédica, nosotros debemos crear un caminito que sea
alternativo, podemos hacerlo. Al siguiente día visitamos 2 hospitales, del
primero nos batearon de una manera muy grosera (curioso porque ahora nos llaman
para servicios) y en el segundo: Nos aceptaron, nos apoyaron y actualmente
tenemos un departamento de biomédica en funcionamiento. Los dueños y
administradores de hospitales están entendiendo para que funcionamos.
Lo demás ya es historia.
Una vez un amigo me dijo: Beto entre nosotros no nos pisamos
la manguera
Es una frase interesante, pero es verdad, ¿qué sentido tiene
estropear al otro? ¿qué sentido tiene hablar mal del otro? ¿qué sentido tiene
cerrarle las puertas?
Actualmente nosotros como biomédicos tenemos la
responsabilidad de mejorar nuestras propias condiciones de trabajo, somos
nosotros quienes debemos crear equipos con identidad que ayuden a impulsar
nuestros proyectos de vida personales, somos todos quienes debemos proteger a
nuestro gremio.
No podemos desarrollar la estructura de una carrera, si en
la mayoría del tiempo bloqueamos el desarrollo profesional de los demás. ¿Qué importa
si somos de universidades distintas? ¿qué importa si nos caemos mal? Qué triste,
pero nos hicieron creer que cuando le va mal al otro, a mí me va bien.
El sector salud necesita profesionales, no niños que juegan
a ver qué casa es más grande o quien tiene el mejor auto. Competir no es
estropear, competir es tener calidad con nuestro trabajo y darle al cliente la
mejor opción. Existe algo maravilloso llamado “ Networking” y es un término muy
sencillo: Si necesito algo y no lo tengo, le digo a mi colega, le paso al
cliente, le ayudo a desarrollarse. Yo ya estoy ganando.
Es momento de que entendamos que durante mucho tiempo nos
han hecho creer que las cosas son así, que cuando salimos de la escuela tenemos
que competir, tenemos que quitar al otro, perjudicarlo.
Vive y deja vivir.
La ingeniería biomédica en Guanajuato es nueva, todavía hay
hospitales que no saben qué hace un ingeniero biomédico, en gobierno siguen
existiendo los problemas de tecnología médica, en el país todavía hay gente que
muere por no recibir un servicio médico, pregunto ¿Enserio vamos a seguir
pensando siempre por nuestro beneficio?
El sector salud hace lo que se puede,
pero nos necesita.
Hemos implementando ya varios departamentos de biomédica,
colaborando con estudiantes de la universidad Bicentenario, Universidad de Guanajuato,
Lasalle e Ibero. Todos y cada uno de esos colegas son valiosos, nos han
enseñado y aportado. Ayer entendimos que nos falta mucho por hacer, por
resolver.
Basta de seguir con esa mentalidad de enanos, somos gente
común con pensamientos grandes, con objetivos grandes, con mucha hambre.
En un México que vive actualmente muchos cambios, muchas incertidumbres,
somos nosotros quienes debemos aportar nuestra piedrita desde nuestra
trinchera.
Los invito a colaborar e impulsar, el mundo es tan grande,
que nuestro ego no sirve de nada, para todos sale el sol. Los invito a
continuar preparándose, a siempre vivir con ideales y un código de ética, a
mantener relaciones laborales sanas, simplemente a dejar huellas no cicatrices.
Para terminar, una vez me preguntaron: Beto que aprendiste
de la escuela: Aprendí a tener amigos que me estiman, en los que puedo confiar.
Un día fuimos compañeros de clases, hoy todos juntos nos estamos abriendo
camino.
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